El viaje a Shangri-la y la ruta por la Garganta del Salto del Tigre forman parte de la ruta por China. En los días anteriores hemos estado en el Tíbet chino. Y el itinerario sigue así:
La noche anterior en Xiangcheng, habíamos quedado con una pareja de neozelandeses y otra americana para alquilar una minivan compartida de Xiangcheng-Zhongdian. Negociar el precio de la furgoneta es complicado porque entre los conductores hay una mafia montada y ninguno se atreve a bajar el precio. Todos piden 700¥/van independientemente del numero de personas que sean. Además, se aprovechan de que en Xiangcheng los autobuses son escasos y muchas veces no queda mas remedio que compartir una furgoneta entre varios.
Al final tenemos que aceptar los 700¥, pero cuando llevamos una hora de trayecto, el conductor para y dice que montemos en otra van de un amigo suyo. Al final nos enteramos que es porque su furgoneta no lleva matricula y nos rebaja el precio a 600¥, así que aceptamos.
En el camino pasamos varias barreras de controles policiales. El paisaje no es tan espectacular como el de 2 días atrás, pero también tiene su encanto, particularmente cuando el río que seguía la carretera confluye con el Yangtse (color chocolate) en un impresionante desfiladero, produciendo una mezcla de colores.
1. Shangri-la
Después de 8 horas llegamos a Shangri-la, enclavada en una planicie verde a 3.200m de altitud, con un gran lago cerca de la ciudad. Estamos en la provincia de Yunnan. Le decimos al conductor que nos deje en la zona antigua de la ciudad, le pagamos y nos vamos a buscar hostel. El casco antiguo es súper turístico, pero muy pintoresco, con callejuelas preciosas para hacer fotos.
Al final hacemos caso a la recomendación de dos chinos y les seguimos hasta el CROSSROAD Hostel (www.crossroad-shangri-la.com), situado en una bonita casa de madera tradicional donde nos alejamos en habitación doble sin baño por 50¥.
Después de buscar un cajero para sacar yuanes, preguntamos por un sitio para alquilar una moto, pero imposible, no hay ninguno. Así que, intentamos alquilar una mountain bike, y encontramos unas por 20¥/pers, previa fianza de 400¥/bici. (son las primeras bicis de calidad desde que estamos en China). Apalabramos las bicis para el día siguiente.
De regreso al hostel, en la plaza del barrio antiguo había cientos de personas bailando en corro al son de una pegadiza música (locales, extranjeros, niños,etc..)
Reserva natural de Tiangshen Bridge
Al día siguiente, nos tiene preparadas las bicis. Lo primero que hicimos, fue ir a correos a enviar a España un paquete con cosas que no necesitamos, entre ellas la cámara de video que se nos ha estropeado (nos cobraron 320¥ por 3 kg, pero no cargar con ese peso durante más de 3 meses merece la pena). Pasamos por la estación de autobuses para comprar el billete de autobús a Baishuitai para el día siguiente.
Después, nos encaminamos a la Reserva Natural de TIANGSHEN BRIDGE (15¥/p). Esta a unos 12km y tiene un curioso puente natural bajo el cual fluye un río y a la vez manan aguas termales sulfurosas. Hay un balneario (30¥/p) con piscinas de agua caliente, sauna natural en una cueva con el mismo agua y salas de relax donde puedes darte masajes a partir de 100¥. Nos tiramos más de dos horas de relax y cuando acabamos cualquiera se ponía a pedalear (y más a 3.300 m de altitud). El camino de vuelta se hizo más fácil puesto que era casi todo de bajada.
2. Baishuitai
A las 9:10 salía el bus de Shangri-La a Baishuitai (25¥/p), en el que tardamos 3 horas en hacer 100 km.
Cuando llegamos estaba lloviendo, así que decidimos coger alojamiento en la casa de una señora muy maja que no sabia ingles, pero por señas nos entendía muy bien. Nos cobro 40¥ por la habitación y luego comimos y cenamos en su casa. Por la tarde mejoro algo el tiempo y fuimos a visitar una aldea cercana, yendo entre las terrazas de arroz y los maizales. Luego siguió lloviendo toda la noche.
Terrazas blancas de Baishuitai
Al día siguiente, madrugamos a las 6:30 para subir a las Terrazas Blancas de Baishuitai. Entrada (30¥/p). Son unas piscinas blancas calizas cristalinas, formadas por diferentes terrazas de varios colores, debido a la precipitación del carbonato cálcico disuelto en el agua. Nos recordó mucho a las piscinas de Pamukkale en Turquía. Es increible lo que puede hacer la naturaleza durante miles de años.
Haba
De regreso al pueblo y casi sin tiempo, pagamos a la señora de la casa donde hemos estado alojados y nos vamos corriendo a coger el bus hacia Haba que salía a las 8:30h y que costo 10¥/p. Tardo casi 2h en hacer los 25 km que había, porque paraba muy a menudo. En cuanto llegamos a Haba a las 10:30h, una chica de una guesthouse nos indicó amablemente por donde teníamos que coger el camino hacia la Garganta del Salto del Tigre.
3. Garganta del Salto del Tigre (ruta 3 días)
Nosotros hicimos la Ruta de la Garganta del Salto del Tigre desde Haba a Qiao Tou, en sentido inverso al que habitualmente hace todo el mundo.
Iniciamos la ruta en Haba a las 10:30h. Es un día lluvioso, aunque hace calor. Comenzamos Con una fuerte subida de 2.500m a 2.800m. Vamos preguntando la dirección correcta a algunos locales que nos encontramos por el camino, porque no está señalizado y hay varios senderos en diferentes direcciones. Es una zona muy aislada en la que no encontramos a nadie pateando, solo algún pastor y leñadores.
Jiangbian
Paramos a comer en una cabaña de pastores, para resguardarnos de la intensa lluvia. Cuando nos vamos a ir, llega el pastor que comenzó a hacer fuego y nos dijo que nos quedásemos para calentarnos. Seguimos la ruta (ahora en descenso) hasta llegar a Jiangbian, después de tener que preguntar varias veces a la gente que nos encontramos porque es difícil orientarse entre la lluvia y la niebla sin llevar mapa.En China no se pueden conseguir mapas de rutas.
Llegamos al pueblo y de ahí cogemos el camino que nos indicaron hacia el comienzo de la Garganta del Salto del Tigre (son las 16:00h y nos han dicho que son 3h más). En la garganta hay dos rutas, una por abajo siguiendo la carretera y otra por arriba atravesando las montañas. Nos dijeron que fuésemos por abajo porque con la lluvia y la niebla, la ruta alta era muy peligrosa. Pero nos confundimos y al cabo 1 hora nos dimos cuenta de que habíamos cogido la ruta alta. Un leñador nos dijo que estábamos locos si continuábamos porque quedaban 4h y era peligroso ir por las montañas con el camino tan resbaladizo. A pesar de ello, decidimos continuar. (Mala idea, siempre es mejor hacer caso a los locales)
Naxi
A las 17:30h la lluvia era cada vez mas fuerte, las condiciones del sendero eran peligrosas, había muchas pendientes de subida y bajada con unos precipicios de vértigo, teníamos que ascender todavía hasta los 2.800m, nos quedaban 2h de luz, estábamos empapados, y decidimos regresar al pueblo para que no nos pillase la noche en medio de la nada.
Ya anocheciendo, divisamos unas casas entre la niebla y los árboles y nos dirigimos hacia ellas. Tras atravesar un barranco encontramos un camino embarrado que nos llevo hasta ellas. Era una pequeña aldea Naxi, y fuimos a preguntar a la primera de las casas. Cuando nos acercamos, salieron a recibirnos 2 perros rabiosos. Empezamos a gritar a los de la casa, pero no salió nadie.
En la siguiente casa hicimos lo mismo y tras varios minutos gritando hola en chino. Nadie contestaba. Justo cuando pensábamos en dar la vuelta hasta una pequeña cueva que habíamos encontrado en el camino para refugiarnos y pasar la noche, salió una chica de la casa. Nos hizo un gesto con la mano para que nos acercáramos y en ese momento se nos abrió el cielo.
La casa era muy grande, con 3 construcciones en torno a un patio. Enseguida nos trajo té caliente y nos puso un brasero para calentarnos. Resultó que la chica joven sabia algo de inglés, porque estudiaba en Shangri-La, y ahora estaba de vacaciones con su familia. Estaban en la casa la madre, 2 hijas y la cuñada con una niña pequeña y un bebé. Los hombres de la casa estaban haciendo dinero fuera. Nos dieron de cenar y después vinieron todos los vecinos de la aldea de visita para vernos.
No veíamos la hora de irnos a la cama, estábamos cansadísimos. La joven nos cedió su habitación con dos camas. Nosotros le dijimos que dormíamos en el suelo pero insistió. Era una habitación muy espartana, pero a nosotros nos pareció una suite del Ritz.
Descenso y río Yangtze
A las 6 de la mañana nos levantamos porque la joven nos iba a acompañar un trecho de la ruta, para coger el camino correcto. Su madre nos hizo de desayuno pan de maíz frito con té, y nos regalo unas manzanas para el camino. No sabíamos como agradecerles su hospitalidad. Es algo que no se nos olvidará en la vida. Les dimos 100¥ como muestra de nuestra gratitud y para compensar los inconvenientes que les habíamos causado. Después de varios abrazos y nuestros mejores deseos para su familia, nos despedimos e iniciamos nuestra ruta de nuevo.
Después de dejarnos en el buen camino, comenzamos a descender. Había algo de niebla pero no llovía). Por fin divisamos el Río Yangtze (Río Amarillo) con su color chocolate. Ya solo quedaba bajar hasta encontrar la carretera.
Una vez allí, a 1.900 m altitud, solo teníamos que continuar a la derecha hasta llegar a la entrada de la garganta y pagar el ticket correspondiente (50¥p). Hay que tener precaución en un tramo de la carretera en el que hay desprendimientos. Pasamos con cierto miedo de que se nos cayese una piedra encima.
Finalmente, encontramos una estrecha minivan que nos llevo los 5 o 6 km que nos faltaban hasta el Sean’s hostel por 20¥, junto con algunos locales, pasando milagrosamente entre los grandes bloques de piedra que bloqueaban la carretera (estaba cerrada al trafico, todavía no nos explicamos como pudo pasar).
Rápidos del río
Una vez en el Sean’s paramos a comer y beber algo (muy buena comida). Desde allí, comenzamos el camino empinado que descendía al río para ver los rápidos del tramo medio (1700m altitud). Hay que tener cuidado porque hay un desvío que te lleva a las tierras de un chino que te intenta cobrar 10¥ por pasar, unos metros antes está el camino correcto.
Para regresar a la carretera, hay una subida extenuante de 200 m de desnivel en un corto recorrido. Una vez en la carretera se llega hasta Tina’s hostel (1900m altitud), desde donde comienza el ascenso para coger la ruta alta de la garganta, ascendiendo 450 m de desnivel y dos horas trayecto.
Después, hay que seguir el camino paralelo a una acequia y hay que atravesar dos cascadas, una de ellas impresionante. Llegamos al Halfway hostel (2.350m altitud) donde nos alojamos para pasar la noche (hab doble sin baño por 50¥ ). Desde el hostel hay unas vistas impresionantes de la garganta. Lo que son las casualidades, en el hostel nos encontramos un zaragozano que vimos en Ulan Bator (Mongolia), con el que compartimos una de las cervezas más frías que hemos bebido en China.
Último tramo hasta Qiao Tou
Al día siguiente, madrugamos para acometer la última cuesta que nos quedaba (300m de desnivel hasta 2.660m altitud). Después de tantos días de lluvía, hoy sale el sol y el calor es húmedo y sofocante. Llegamos al tramo de las 28 curvas hasta el comienzo de la Garganta (el final para nosotros, ya que hicimos el recorrido en sentido inverso). El calor hacia mella en la gente que iba subiendo y los muleros iban detrás de los turistas ofreciendo llevar a las mochilas o a las personas en sus mulas.
Al fin, llegamos a Qiao Tou (1700m altitud) después de 6 h andando. Final de la ruta.
Allí cogimos una minivan compartida con 3 chinos y una pareja franco-española por 25¥/p hasta Lijiang (1h 30m).
Y aquí termina la Ruta por la Garganta del Salto del Tigre. ¡Pero aún no hemos terminado con China! El itinerario continúa para hacer la última parte de este gran país: itinerario por el sur de China (Yunnan).